El titular de Télam

No, no hablo de ninguna noticia en particular, sino de su titular. Te lo articulo así: El titular del Organismo. El capanga que manda, el que decide cual noticia se publica y cual no. Bueno, no es para tanto, eso lo decidimos nosotros en La Rosada.

Los Gorilas de Perfil nos lo deschavaron. Martín García se llama el hombre, una isla en medio del conglomerado mediático de cerdos golpistas y átomos desestabilizantes. Es el director de Télam, la agencia con «impronta nacional, popular y patriótica». Por convicción obvio, no por que esté a sueldo de nosotros.

¿Si tiene alguna relación con Camilo Garcia te preguntás? Sí, es el papá. Es fuerte entiendo, muchos de ustedes preferirían ser el Papa, y no garchar nunca, o ser una papa directamente; antes de traer al mundo a semejante enjendro. Pero el hombre está orgulloso de su hijo. Un niño índigo, o dotado, o simplemente «especial», en la acepción que están pensando.

Hago un parate para desmentir totalmente que pensemos ponerle un eslogan más pegajoso a la agencia. «Télam. Te la miento y te la crees» o el mucho peor, sugerido por Anìbal, «Télam. Te la metemos y te gusta!». Son solo rumores infundados que hace correr el dispositivo mediático. Aunque al segundo eslogan lo articulo pegadizo! Pero volvamos a nuestro invitado.

Como si no fuese suficiente desgracia haber traído a este mundo a Camilo García, este hombre estuvo con Menem y con Rodríguez Saá en su momento. Dice que tuvo que aguantar al menemismo… hasta que le explotaron los bolsillos de meter tantos billetes debe ser.

«Menem y Duhalde son enfermedades del peronismo» agrega, enfermedades de las cuales ya se curo, supongo. Ahora sufre un caso cronico de cristinismo geronte. A los 65 años, debe ser un efecto secundario del viagra generico, que también es un logro de mi gestión.

«Los profesionales son como las prostitutas, escriben mentiras en defensa de los intereses de los que les pagan. Los militantes, en cambio, escribimos la verdad al servicio del pueblo. Soy primero militante, después periodista». Yo no entiendo muy bien, dijo «soy militante, después periodista». No «soy militante, no periodista». Según su definición asumo que de día escribe la verdad al servicio del pueblo, y de noche se prostituye en la Zona Roja; como un Clark Kent gigoló.

Me emociona saber cuanto conoce mis gusto en objetividad. ¿Incorporar presencia opositora en la agencia? «Sí, siempre y cuando digan algo interesante», o sea… interesante a mis intereses… interesados bah… Siempre puedo comprarlos por docena.

Mi soldadito también descree totalmente de la objetividad del periodismo: «¿Con quién voy a ser objetivo? Del otro lado están los que tiraban gente viva al río y los secuestradores de bebés. Con ellos no puede haber objetividad». Error mi querido, tal vez esos sean lo únicos que hacen fácil la objetividad, sus crímenes son tan evidentes que basta mencionarlos objetivamente. Exagerarlos es innecesario y sugiere intereses espurios. No puedo culparlo, lo aprendió de mí, que tul!

«Soy Peronista, como Néstor y Cristina» afirma por último mi fiel chupamedias, aunque mejor hubiese sido definirse como kirchnerista. Lo mismo hubiera dado que dijese: «Soy Hegeliano, como Néstor y Cristina» y esa afirmación nada diría de su gusto por la filosofía. pero si mucho de cuanto conoce el gusto de mis medias.

Duerman tranquilos, sabiendo que este hombre vela por la objetividad de la información. Bueno esta bien, pasen la noche en vela, intentando descifrar como diablos llegamos a este punto. Besis!

Tú Presidenta.